miércoles, 3 de febrero de 2010

Y ahora pega la inflación.


La trepada de los precios es un infierno: la carne, los lácteos, las verduras, las frutas… “En los últimos dos meses los alimentos subieron más del 7%”, y “enero tuvo la inflación más alta desde 1992”, (La Nación, 30/1). Estamos viviendo las consecuencias de la política K de descargar la crisis sobre el pueblo. La reactivación en algunas ramas de la economía atadas al mercado mundial, como los automotores y la soja, fue a costa del aumento de la desocupación, rebajas salariales (pactadas por los jerarcas o provocadas por la carestía). La soja reemplaza a la ganadería, la lechería, el trigo, la horticultura, etc. Con la liquidación de millones de vientres vacunos, las 40.000 cabezas de vacunos que ingresaban por semana en Liniers han bajado a 6.000, 4.000 y 2.000. Resultado: la media res aumentó un 50%.Esa política kirchnerista expresó intereses imperialistas, de monopolios, grandes pooles y grandes terratenientes, a la que fueron funcionales los jerarcas sindicales traidores y conciliadores, y el freno a la lucha de los chacareros. Con grandes luchas se lograron conquistas parciales que frenaron algunas de las peores consecuencias de esta política. Así fue con los trabajadores de Kraft, petroleros, Massuh, Mahle, GM, Paraná Metal, rurales de Río Negro y San Juan, el movimiento de desocupados encabezado por la CCC, y el de jubilados protagonizado por el MIJP, el acampe campesino, originario y popular de la FNC en el Chaco, las movilizaciones de ASOMA, de sectores combativos de FAA y los autoconvocados, etc.

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