jueves, 10 de septiembre de 2009

Durísima lucha de los trabajadores de Kraft Foods (Terrabusi)

Alrededor de la heroica lucha de los trabajadores de Terrabusi se concentra hoy una batalla desigual: la segunda oleada de despidos de las patronales, en particular los monopolios imperialistas. Para imponer los despidos, la diabólica trinidad –patronales–gobierno kirchnerista–jerarcas sindicales traidores–, se han lanzado a aplastar a los contingentes más combativos de la clase obrera, a sus cuerpos de delegados y comisiones internas, de los que los obreros de Terrabusi son un emblema nacional.
La primera oleada de despidos golpeó a 1.200.000 trabajadores. Con las elecciones por delante, el gobierno negoció con las patronales que esos despidos golpearan principalmente a los que estaban en negro o con contratos basura, que no aparecen en los índices del Indec. Mediante las suspensiones y los subsidios de $ 600 (y en algunos casos el salario completo como a los petroleros), postergó las cesantías de los efectivos (y parte de los contratados en los lugares donde lo impuso la lucha), preparando el terreno para esta segunda oleada; y para una tercera en el verano. Esa preparación se completó con el chantaje de las cláusulas de “paz social”, (en los petroleros es de $ 720 mensuales) que se pierden si hay medidas de lucha.
Esta segunda oleada va a dejar en la calle a cientos de miles de trabajadores efectivos y contratados que no pudieron cesantear antes.
La oleada viene en el marco de una infernal campaña de desinformación sobre la crisis, destinada a desguarnecer al movimiento obrero para dividirlo y que acepte “el mal menor”. La realidad es que los gobiernos imperialistas y sus monopolios prolongan las medidas anticrisis “hasta mediados del 2010” (por lo menos) tomando nota de hechos reales como la continuación de la caída del empleo en Estados Unidos (242.000 despidos en agosto) y la situación real de la economía china que se evidenció con la caída de la Bolsa de Shangai. Mientras su propaganda dice que “el mundo está saliendo de la crisis”, los Estados y monopolios imperialistas, establecen economías de guerra, descargando su crisis sobre los países oprimidos como el nuestro provocando en sus filiales despidos masivos, rebajas salariales y aumento de la superexplotación. La crisis y los K
En la Argentina el gobierno fabula que el país está estabilizado y a fin de año sale de la crisis. Lo dice sobre la base de los datos truchos del Indec, negando lo que se palpa en cualquier barrio o pueblo: el brutal crecimiento de la desocupación, el hambre y la pobreza. La realidad es que sigue cayendo la producción industrial, se derrumbó la producción agraria, y las mercaderías chinas (y de otros países) nos inundan. No se habla de las consecuencias del aumento de la producción de soja en China y la India, y sus planes de mayor producción de ese grano (en China con una contrarreforma agraria basada en la liquidación de los productores y su reemplazo por pooles).
El gobierno kirchnerista, derrotado políticamente, es débil y peligroso. Está golpeado por la crisis en la “caja” (que es su corazón y su cerebro). No enfrenta la política imperialista de descargar sus crisis sobre la Argentina. Todo lo contrario, negocia la vuelta al FMI, el pago de la deuda al Club de París, el arreglo con los bonistas que no entraron en el canje, a cambio de préstamos para su “caja”, para llegar al 2011 y buscar su reelección, y para los negocios del “capitalismo de amigos”. Y en sociedad con los jerarcas propatronales, hace pasar los planes de ajuste de los monopolios imperialistas, profundizando la crisis.
Terrabusi es hoy una cárcel yanqui, con alambre de púas. Pero es la policía del “felpudo” kirchnerista Scioli la que actúa de guardiacárcel al servicio del monopolio imperialista yanqui Kraft Food para que viole las leyes argentinas. Y los trabajadores son los que defienden su trabajo, la producción, los derechos democráticos y la soberanía nacional.

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