miércoles, 25 de noviembre de 2009

El Banco te rechaza y los usureros te despluman. El verdadero rostro de política agraria K.


Susana Fritz era propietaria de 38 hectáreas de un campo ubicado en el norte de Monte Nievas. Luego de recurrir a una financiera en octubre de 2006 para poder cumplir con sus obligaciones perdió su tierra. Este drama empieza a ser cotidiano en nuestra provincia, productores endeudados que rechazados por el Banco caen en las garras de las financieras (abastecidas por el dinero sucio de la corrupción política) ; un negocio que floreció con el kirchnerismo.

Susana Fritz cuenta que
“un día vengo a Pico en búsqueda de dinero porque las cosas en el campo no estaban nada bien, en el banco no me daban préstamos porque estamos pagando un fideicomiso con mi ex esposo y además soy monotributista, por lo que no llegaba con los requisitos para obtener un crédito. Así es que llego a la financiera, solicito unos 15 mil pesos, ellos primero me piden una garantía y les respondí que no tenía para darle. Después de eso me dicen llévese 30 mil, total la tasa es baja. Con mi poca o nada experiencia tomé el dinero con el convencimiento de que iba a poder pagar, ya que siempre honré las deudas, constantemente he trabajado de manera honrada y he cumplido con los compromisos. El dinero me lo prestaron en pesos y en dólares, me hacen firmar cinco pagarés a 30, 60, 90, 120 y 150 días; cada uno de ellos de 9.500 pesos cada uno, con el terrorífico interés de que en cinco meses iba a devolver 45 mil pesos”.

La entidad piquense, una SRL, compuesta por padre e hijo, le prestaron 30 mil pesos a marzo de 2009, hoy la productora agropecuaria les debe alrededor de 580 mil pesos. En esos casi dos años se sucedieron pagarés, cheques e intimidaciones telefónicas. La protagonista de esta historia tardó varios meses en contar sus penurias, llegó un día en que no pudo soportar la presión psicológica y le contó precisamente a su abogada lo que le estaba pasando. En la actualidad vive “de prestado”, como ella misma dice antes de quebrarse en llantos, entre lágrimas alcanzó a decir: “trabajé toda la vida para que estos me dejaran en la calle”. Es madre de cuatro hijos que recién se han graduado en la universidad, a los que con sumo esfuerzo logró hacer estudiar.

Hace unas semanas el matrimonio del productor Antonio Nicolás “Coco” Vidal y Manuela Encarnación Barraza, tomó la drástica decisión de suicidarse al no haber podido superar la presión ejercida por una financiera de General Pico (la misma firma a la que recurrió la Sra Fritz) donde Manuela Barraza recurrió a tomar un crédito que se multiplicó varias veces por la aplicación de altísimos intereses. Solos, en su vivienda, encerrados en el dormitorio, “Coco” Vidal y Manuela Barraza parecieron estar de acuerdo en enfrentar la muerte antes de perder los bienes que con tanto sudor y lágrimas fueron acumulando, merced a la gestión agropecuaria. El matrimonio, con más de 40 años de casado, era propietario de un campo de 150 hectáreas cerca de la localidad, que alquilaban 63 hectáreas en otra zona y que formaban parte, además, de un pool de productores junto a colegas en la provincia de La Pampa.

Las financieras, se calculan unas 50 solo en Santa Rosa, son un "negocio" que floreció con el kirchnerismo que perjudica a miles de trabajadores. La inflación, el creciente endeudamiento familiar y el juego (que se magnificó con la llegada del Casino Club) son parte de las causas que obligan a la gente a recurrir a los usureros. Ninguna de estas empresas tienen control, ni del Banco Central de la República Argentina que está obligado a eso, ni tampoco de los organismos de defensa del consumidor del gobierno provincial.

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